Mi columna vertebral desde pequeña se sintió encorvada. Durante mi adolescencia el peso de mis pechos era la justificación más obvia. No quería que se me notara el cambio físico, entonces encorvaba la columna hacia adelante. Disimulaba mi cuerpo con prendas de vestir holgadas y tallas más grandes. Pese a que escuchaba la frase "una señorita debe ir derecha". Estar "derecha" me incomodaba. Ir erguida significaba mostrarme, decirle al mundo "acá estoy". Y yo no quería eso.
MANTARAYA
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MANTARAYA
Mi columna vertebral desde pequeña se sintió encorvada. Durante mi adolescencia el peso de mis pechos era la justificación más obvia. No quería que se me notara el cambio físico, entonces encorvaba la columna hacia adelante. Disimulaba mi cuerpo con prendas de vestir holgadas y tallas más grandes. Pese a que escuchaba la frase "una señorita debe ir derecha". Estar "derecha" me incomodaba. Ir erguida significaba mostrarme, decirle al mundo "acá estoy". Y yo no quería eso.